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Date(s) - 06/06/2020 - 06/07/2020
12:00 am

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https://youtu.be/DsMYmu6lTno

Lectio Divina para la Solemnidad de la
Santísima Trinidad

Empecemos nuestra oración:

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
Dios Padre, que al enviar al mundo
la Palabra de verdad y el Espíritu
santificador,
revelaste a todos los hombres tu misterio
admirable,
concédenos que, profesando la fe verdadera,
reconozcamos la gloria de la eterna Trinidad
y adoremos la Unidad de su majestad
omnipotente.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
(Oración colecta, Solemnidad de la Santísima
Trinidad)
Lectura (Lectio)
Lee la siguiente Escritura dos o tres veces.
Juan 3, 16-18
“Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a
su Hijo único, para que todo el que crea en él
no perezca, sino que tenga la vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo para
condenar al mundo, sino para que el mundo
se salvara por él. El que cree en él no será
condenado; pero el que no cree ya está
condenado, por no haber creído en el Hijo
único de Dios”.
Meditación (Meditatio)
Después de la lectura, toma unos momentos
para reflexionar en silencio acerca de una o
más de las siguientes preguntas:
• ¿Cuál palabra o palabras en este pasaje
captaron tu atención?
• ¿Qué parte en este pasaje te consoló?
• ¿Qué parte en este pasaje te desafió?
Si practicas la lectio divina como familia o
en un grupo, luego del tiempo de reflexión,
invita a los participantes a compartir sus
respuestas.
Oración (Oratio)
Lee el pasaje de la Escritura una vez más.
Dale al Señor la alabanza, petición y acción
de gracias que la Palabra te ha inspirado.
Contemplación
(Contemplatio)
Lee nuevamente el pasaje de la Escritura,
seguida de esta reflexión:
¿Qué conversión de la mente, del corazón y
de la vida me pide el Señor?
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a
su Hijo único. ¿Cómo puedo compartir el
amor de Dios con el mundo? ¿De qué manera
estoy dispuesto a entregarme en amor?
Porque Dios no envió a su Hijo para
condenar al mundo, sino para que el mundo
se salvara por él. ¿A quién he juzgado
demasiado duramente? ¿Cómo puedo
implicar a la cultura en la fe?
El que cree en él no será condenado.
¿Conozco a alguien que esté buscando a
Dios? ¿Cómo puedo acompañarlos en su
camino?
Después de unos momentos de reflexión en
silencio, todos recen la Oración del Señor y
la siguiente:
Oración final:
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres:
Bendito tu nombre santo y glorioso.
Bendito seas en el templo santo y glorioso.
Bendito seas en el trono de tu reino.
Bendito eres tú, Señor,
que penetras con tu mirada los abismos
y te sientas en un trono rodeado de
querubines.
Bendito seas, Señor, en la bóveda del cielo.
(Del Daniel 3)
Vivir la Palabra esta
semana
¿Cómo puedo convertir mi vida en un don de
caridad para los demás?
Cada día de esta semana, ora por algún
evento o necesidad que ves en las noticias.
Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta
obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III,
propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral
Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana,
copyright © 1987, quinta edición de setiembre de
2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos
reservados.
Extractos del Misal Romano © 1975, Comisión
Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia del
Episcopado Mexicano. Utilizados con permiso. Todos
los derechos reservados.